Plaqueta y ya

Antes "Verde Plaqueta" (aunque todavía es verde); antes antes "Documentando mi pasado, pa' que haya constancia" (aunque todavía lo documento, y todavía es pa' que conste).

martes, julio 20, 2004

El difícil regreso a la soltería: día 2

Y yo, ilusa, pensaba que sería bueno que llegara el momento en que "ya no pudiera llorar más". Como Daniela-restauradora sabiamente decía, una de las mejores sensaciones en el mundo es la experimentada al llorar incontrolablemente, con absoluto desconsuelo. El punto del no-llorar-más, en cambio, es un "estar como león enjaulado", con una tristeza que no es tristeza y un mal humor que nunca termina de cuajar. Un no saber qué hacer, una intolerancia a las situaciones estancadas (y bueno, es que ayer a mi mamá se le ocurrió pasar con los rusos-terroristas de la alameda a comprar un goulash y una empanadita de requesón para llevar. La preparación tardó como media hora, en la que no había más opción de entretenimiento que mirar los pósters de "qué linda es Rusia" pegados en la pared -con regordetas güerotas vistiendo traje típico en paisaje technicólor-, o escuchar el pop-en-ruso que tenían a todo volumen, sospechosamente parecido a las rolas de Anahí y La-Onda-Vaselina-Reloaded.)
   A lo mejor hoy me chuto un paso importante de la terapia-de-choque y me aviento a "guardar las fotos y recuerditos en una cajita" (me acuerdo que era el tipo de cosas que la revista recomendaba para eso de los rompimientos. En esos tiempos yo moría por tener un novio que luego me cortara, para así poder seguir todas esas interesantes instrucciones giradas por la extraordinariamente-colorida revista a sus lectorcitas púberes y tontuelas -como yo bien me asumía.) Como si una buena memoria visual no fuera suficiente, ¿que a poco a los tres días ya se te olvidó de qué color tenía las barbas tu novio, "lo bien que lucían juntos", o la cursi-cartita-de-amor que te dio y que te aprendiste a fuerza de leerla cuatro millones de veces? Pero lo mismo ahí voy.