Plaqueta y ya

Antes "Verde Plaqueta" (aunque todavía es verde); antes antes "Documentando mi pasado, pa' que haya constancia" (aunque todavía lo documento, y todavía es pa' que conste).

martes, agosto 24, 2004

Barros

Política, religión y acné: los temas donde más posturas encontradas pueden hallarse.
Nadie coincide cuando de explicar los barros se trata. Yo no sé de dónde vienen los míos, pero de pronto han escogido mi cara como un buen escenario para reproducirse. Uhmch.
Me puse a leer aleatoriamente páginas en internet sobre barros, y terminé con una descabellada teoría hipocondríaca: seguro tengo los ovarios polienquistados, por lo que jamás podré tener hijos, y además soy 7 veces más propensa a morir de infarto que el resto de la población. Ejem, pero no creo. O espero. Ay.
Teorías más plausibles apuntan al aguacate de mis tortas de queso blanco, por ser un alimento altamente grasoso. Pero quesque los dermatólgos dicen que te puedes empacar un frasco de mayonesa y no te pasa nada. Dicen. Porque empíricamente todos se quejan de barros-del-día-siguiente tras atracones de chocolate.
"Nooh, ps seguro es que andas ahí de cochinota". Sí, hay quienes dicen que mucho sexo equivale a brotes espinillosos. Sniff. Pero ahora mi caso es justamente el contrario. ¿Por qué entonces los barros? Quizá sea por eso mismo. Después de todo, ¿quiénes encarnan el estereotipo del barroso? ¡Ps los pubertos a quienes nadie les da pa' sus tunas! Aunque ahí cabría preguntarse: ¿tienen barros porque no están sexualmente satisfechos, o son sus barros los que ahuyentan a los satisfactores sexuales? ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿Y si este es el inicio de una espiral en descenso que me conducirá al escarnio público, y al absoluto rechazo social, todo por las imperfecciones de mi cutis?
Soy una adolescente que no ha superado la etapa de crisis-por-barro-en-la-nariz.

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