Plaqueta y ya

Antes "Verde Plaqueta" (aunque todavía es verde); antes antes "Documentando mi pasado, pa' que haya constancia" (aunque todavía lo documento, y todavía es pa' que conste).

miércoles, diciembre 31, 2008

He querido postear tantas cosas

Pero no hallo tiempo, y tengo como tres posts a medias pero no consigo acabarlos.

Sólo diré lo inmediato: las bandas que se presentan en Times Square son como las que van al programa de Chabelo, así baratisísimas y como de garage de Coapa con un tío que trabaja en Televisa. No es que esté ahí, lo estoy viendo por televisión (no sé qué sea peor).

Ya me voy, no a Times Square sino a caminar por ahí, a ver dónde me agarra el año nuevo. Y luego a la fiesta de Nacotheque, ¡uuuuh! Ójalaydiosquiera que pongan una de Valentín Elizalde y unas de Timbiriche.

Este año fue grande, pfff, sí fue. "Enero: rosca de reyes cortamos; febrero, San Valentín celebramos; marzo, primarevera ya nos enamoramos...", etcétera. Tan grande fue el año que ni me angustia que el dólar esté a 14. Pffff, bueno, sí, ahora hasta los bolillobagels son un lujo, pero ps qué.

"Nos vemos en enero, el próximo año."

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jueves, diciembre 25, 2008

Sueño que tuve anoche por comer demasiadas gringogalletas navideñas

Dentro del mismo edificio donde vivo había una casota de tres pisos. Era como mi idea del paraíso inmobiliario, pero ya estaba rentada por unos güeyes que, a su vez, le rentaban camas a un chingo de estudiantes y artistos de medio pelo. Sus tarifas eran altísimas, pero había lista de espera porque era EL lugar para vivir, con gran ambiente y las mejores fiestas de la ciudad, a las que ni siquiera me invitaban pero yo igual me colaba porque era vecina, ps estossss.

Un día la casa se embrujaba. Así de la nada. Empezaban a pasar cosas raras, como que la gente o los bolsos o los botes de yogurt se esfumaban. Así de que estabas con alguien y volteabas y ya no estaba. O que te estabas echando un vasito de vodka y lo dejabas ahí y había desaparecido. O que veías un suéter y luego, pum, nada, que siempre ñe. Y no, no era por el tema de la inseguridad, sino por algo SOBRENATURAL. UuuUuuUuuuuUUUUoooo.

El poder de esta cosa que embrujaba la casa no se limitaba a los cientos de metros cuadrados de la misma, sino a sus habitantes. Por ejemplo, Marvin –el diseñador con cuyas prendas no se ven bien ni las modelos más guapas– vivía ahí, "y ahora con la crisis" tenía que completar pa'l gasto con un puestecito afueritas del metro Chapultepec. Pero esa no era la maldición. Me daba cuenta de que había algo raro porque le preguntaba yo por unos zapatos que sí estaban chidos (y eso no era lo raro... aunque sí) y él me decía que sólo costaban treinta pesos. Y yo: ¿treinta? Y él: sí, treinta. Y entonces yo bajaba la mirada para buscar el dinero, y cuando la levantaba para pagarle me daba cuenta de que él se había esfumado con todo y zapatos, plaff, nada de él, así, plaff. Y por alguna razón eso me daba espantos.

Luego nos dábamos cuenta de que la que embrujaba la casa era una chica diabólica. Pero no como las chicas diabólicas de las películas o los cómics o las novelas, o sea, no era así guapísima y de vestido pegadito de piel y tacones y labios rojos. Era una chava completamente normal, ni guapa ni fea. Lo único que la diferenciaba de la masa era una mirada que perforaba como maquinaria Caterpillar. Daba espantos, muchos.

Y en algún momento ella convertía la casa en un centro de descuartizamiento de almas. Agarraba a la gente en la calle y se la chingaba, los mataba de manera dos-tres culera y les hacía papilla el espíritu. Gachísimo, gachisísimo. Y quién sabe por qué, pero de repente se la agarraba contra mí la muy malosa. Me decía: si no me traes a cuatro personas dispuestas a morir así como las estoy matando, me voy a chingar a todos tus seres queridos. Y yo: sopas. Y entonces yo le empezaba a decir a la gente en la calle que si de favor se morían por una buena causa, y zas que dos me decían: órale vas. Pero me faltaban otros dos y yo nomás no los conseguía, y yo no entendía para qué los quería ella la malvada si de todas formas agarraba a los que pasaban por ahí y slurrrrrp, puré.

Y entonces me desperté.

¿Interpretaciones?

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miércoles, diciembre 24, 2008

Post navideño que no lo es

Estoy en Saratoga Springs y los gringos no celebran nada hoy. En la tele hay un partido de futbol americano (el deporte del imperio) y yo estoy bebiendo un vaso del mejor vino del mundo:

Y que salgo de la tienda y que se me cae la botella al piso.
O no.


En realidad no está TAN bueno, sólo muy decente (ay sí, muy enóloga), pero por el nombre lo TUVE que comprar.

En la entrada de la tienda de alcoholes vimos un pato, así, un pato, como los del lago de Chapultepec, nomás que en medio de un estacionamiento lleno de nieve.


¡Ay el patiiiiiito!


Luego fuimos a casa de mi abuela, que tiene un imán de Bush en el refri:


Es como de la familia. Uncle George!
Ñe.



Me pregunto: ¿dónde venden los imanes de Bush? ¿Hay puestecitos como los que venden memorabilia del Peje en el... Saratoga's Zócalo? ¿Los fabrican los artesanos de Wyoming? ¿También hay Bushitos de fieltro? ¿En la Del Valle hay puestos con muñequitos de Calderón y yo no me he enterado?

Dentro del refri, mi abuela guarda cajas y cajas de cigarros:

También toma blodiméris de a montón y come pan blanco. No se levanta temprano ni toma té verde (bebida de demócratas) ni compra cosas orgánicas. Y quién la viera: delgada, saludable, guapa, llena de vida. Una lección para todos los que llevan una vida saludable. Ibargüengoitia ya lo dijo: van a llegar sanos y con abdomen de hierro a los 60, y a los 61 se van a morir de trombosis cuádruple.

Mientras ustedes cenan yo voy a ir a Walmart a comprar unos pants térmicos porque los míos se me olvidaron allá en niuyor-círi. Feliz navidad, próspero año y felicidad.

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viernes, diciembre 19, 2008

Post de denuncia ciudadana desde el aeropuerto

Este es un post EN SERIO que escribo toda enojadisísima. Unos pinches tiras de los que te revisan al entrar a las salas de abordar estuvieron cerquitas de robarnos nuestros celuláreses. ¡Hijos de puta!

Resulta que Falconi y yo somos bien mensos y olvidamos nuestras pertenencias metálicas en la charolita, porque ps tenemos como quince maletas de mano y que si la mexican jarritou y la verga de ocho patas.

(ya mero abordo, me apuro)

Y ps ái las dejamos y unos minutos después dijimos "verga" y regresamos corriendo a recuperarlas. Pero qué casualidad que en el departamento de "objetos olvidados" nada más estaban mi cinturón verde, mi pulsera de estoperoles, mi relojssss y mi moneda de 20 centavos. Le preguntamos a los tiras que qué onda y dijeron "noooo pues ya se los robaron".

PERO. Una chava de las que tienen el detector de metales nos dijo que sí había visto los teléfonos y que se los había dado al policía chaparrito que nos estaba queriendo hacer pendejos. Tons fuimos a insistirle al puto zotaco de mierda que no mamara, y nos dijo "es que el encargado se fue a comeeeeeer". OooOoobviamente nuestro vuelo ya estaba a puntito de salir y no teníamos tiempo de discutir y esos cerdos lo sabían. PERO insistimos no nos movimos los vimos feo y dijimos que denunciaríamos en el MP de junto al Sanborns y al fin dijeron "déjenme ver...". Y ya. Sacaron nuestros teléfonos de un cajoncito y sin mayor comprobación nos dijeron "sí llévenselos ándelen ya".

Brbrbrbr sigo enojada, qué personas tan viles y horrendas.

PERO ellos no se van a Niuyor a pasar las festividádeses decembrinas y yo sí. Ellos no se morirán de hipotermia y yo sí. Putos.

***

También vi al japonés de fast food, está bien chistoso. No hablé con él ni le tomé la foto porque había mucha gente rodeándolo, y yo con las prisas.

***

Tengo nuevo look y soy feliz con él (se morían por saberlo). Ái luego fotos.

***

Vodka está en su primer celo, mi mamá se la llevará a su casa para que Martini no haga intentos de cosas impropias. ¡Ay los gatiiiiitos!

***

Ya voy a abordar, ¡bai!

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martes, diciembre 16, 2008

Zapatos viejos

Lo metalero, lo punk o lo darqueto no quita lo consumista. Además de las playeras XXXL, los pantalones de cuadritos y las cobijas de peluche negro, es in-di-pen-sa-ble tener por lo menos un par de botas Dr. Martens.

Con qué esfuerzos ahorré pa' comprarme las mías, ay. A los 15 años, 1000 varos es una lanototototota, y sería impensable invertirlos en algo tan anodino como unos zapatos... a menos que sean Dr. Martens. Un día al fin junté la lana y fui al Chopo a comprarme un par de clásicas moradas. Lucían más o menos así:


Uf, qué chulas. No me las quitaba nunca, las combinaba con absolutamente toda mi ropa. Al principio me lastimaban (y los que han tenido Dr. Martens sabrán a lo que me refiero) pero luego les agarré el modo: había que pegarles un cacho de algo suavecito por dentro, en la parte de atrás.

Después compré más zapatos, pero no las jubilé y las seguí usando cuando los colores de mi atuendo lo ameritaban.

Ahora no sé qué hacer con ellas. El pachoncito que yo misma les pegué con Resistol 5000 hace 10 años (verde en la foto: son unos cachos de plantilla) se les está empezando a caer, y duelen de no mamar. Ya están todas jodidas. Siento que el pie me creció y que ya ni me quedan, y ahora que uso plantillas-para-persona-mal-hecha pior.



PERO.

En serio que no las puedo tirar. Y no hay canción que ilustre mejor mi conflicto que la de Gloria trevi, en cuyos videos, además, trae unas Dr. Martens clásicas de ocho agujeros IDÉNTICAS a las mías:





De eso apenas me di cuenta, pero me pregunto si mi fanatismo de la infancia tuvo que ver con mi proceso de compra.

¿Tons? ¿Las tiro o ñe?

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lunes, diciembre 15, 2008

Fresa del mal

El sábado "tuve la oportunidad" de asistir a una cena fresa. Los anfitriones y la mayoría de los invitados eran bien buena onda y bien chidos ellos. Pero había un ser verdaderamente terrible, un ñor que despertó al sateluco madreador que hay en mí y al que ya me quería agarrar a golpes. Si yo fuera machín, él me hubiera agarrado a golpes a mí. Lucía más o menos así:



A continuación algunas de sus frases:

"En este país todo es 95% piratería, es lamentable, en unos años ya no va a existir la música, ¿quién la va a pagar si todo es piratería, a ver?"

"En México todas las medicinas son piratas. Es lamentable que se pierda la patente de las medicinas y que las vendan barato. En unos años ya no va a haber medicinas y todos nos vamos a morir. ¿Quién va a pagar la investigación, a ver quién?"

"Deberían de meter a la cárcel a todos los que compran piratería y bajan música de internet."

"Si yo tuviera arrugas, me pondría crema antiarrugas."

"Si yo tuviera canas, aprendería a pintármelas para que no se notara."

"En internet hay pura zoofilia."

"Yo no dejo a mi hija usar el internet."

"¿Para qué quieren los jóvenes tanta información? Que si el crack que si la mota que si las tachas. Noooo, ¿para qué quieren saber todo eso? Pura perdición, nada más se les meten ideas en la cabeza."

"Es que los jóvenes buscan algo en el internet y les salen puras páginas de mujeres con burros. ¿Qué van a hacer los jóvenes con esa información? ¡No necesitan saberlo!"

"Es que luego los jóvenes buscan cosas para niños, de Disney, y salen páginas de HOMBRES CON HOMBRES. A ver, ¿qué va a hacer mi hija con esa información? ¿QUÉ VA A HACER?"

"Yo no dejo chatear a mi hija. ¿Qué tal que un pervertido de cuarenta y tantos le dice de cosas? Si quiere chatear, yo tendría que supervisar toda la conversación. ¿Qué tal que le habla de zoofilia y de sexo con perros y gansos? A ver, ¿qué va a hacer mi hija?"

"Si a un joven le das tanta información de golpe, lo devastas, acabas con él."

"Yo trabajo, trabajo muchísimo. No tengo tiempo de hablar con mi hija. Además yo no le voy a hablar de esas cosas, yo soy una figura de autoridad."

"¿Maispeis? Yo no tengo tiempo de entrar a Maispeis, ni de guglear ni de chatear o bueno, eso, ¿cómo se dice?"

"Yo por desgracia tengo que usar internet, por mi trabajo. Si no, jamás."

"Es que ahora los secuestradores buscan tu vida en internet y te secuestran. Lo dijo López Dóriga. Yo por eso a mi hija no la dejo usar internet."

"Internet es un arma de dos filos."

"Yo nunca me he subido al metro."

"En México el café no existe. En cambio en Italia, uf, yo mi espressso, mi pasta, y soy feliz."

"En México no hay cultura de la legalidad. En cambio en Europa, uuuh, es otra cultura."

"El Baby O ya no es como era. La otra vez fui y 1500 pesos de cover, y yo, bueno, porque es el Baby O. En la barra, 800 pesos por dos tragos. Y aun así no me dieron mesa, A MÍ. Pero puro naco, ay, qué horror."

"Ya que aprueben la pena de muerte. En México hay un tema de inseguridad."


***

De regreso, Falconi y yo veníamos risa y risa con el "tema de la inseguridad" que trae vueltos locos a los fresas de la marcha de los fresas. Entonces una patrulla nos detuvo.

Policía: ¿A dónde con tanta prisa joven?

Falconi: Es que hay un tema de inseguridad.

Policía (muy serio, asintiendo): Muy bien. Que pasen buena noche.

El tema de la inseguridad nos salvó de un mal rato con ese güei y de caer en la temible CORRUPCIÓN.

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Un sueño y una pesadilla

1. A Martini se le desteñían sus pelos grises y resultaba ser un gato corriente, blanco con rayas anaranjadas. Pero yo lo seguía queriendo como siempre. Ay Martiiiiiiiini.

2. Así de la nada estaba de nuevo en la escuela. Me urgía terminar la carrera, no sé por qué, y le preguntaba a alguien: ¿en qué semestre vamos? Y me decía: uuuuy, en 4to apenas. Entonces yo iba a las ventanillas a pedir mis calificaciones y veía que iba de la chingada, puros enepés y eneás y seises. Y me entraba una flojera espantosa, ¿cómo iba a enmendar tanta reprobación y todavía echarme otros CINCO semestres? ¿Cómo iba a cambiar mis pésimos hábitos estudiantiles así de la nada? ¿Cómo iba a ganarme la vida y al mismo tiempo cumplir con las tareas tontas, reportes de lectura de Heidegger y "participaciones en clase" (con párrafos del libro aprendidos de memoria)? Y lo más complicado de todo: ¿¿¿cómo iba a lograr mis asistencias a las 7 de la mañana???

Desperté con sudor frío, recordé mi 100% de créditos, mi promedio mediocre-decente y que la escuela quedó atrás hace tiempo, y me volví a dormir.

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sábado, diciembre 13, 2008

El billetito vacilador

¿Quién lo habrá inventado?

Es una idea tan buena, y TAN cruel. ¿Quién no ha caído en la trampa? Yo sí. Una vez iba rumbo al metro CU, por el mismo camino de puestecitos que recorría todos los días. Y de pronto:



Así, tirado en el piso. Por un nanosegundo pasó por mi mente la idea de que podría ser vacilador, pero como empíricamente no había comprobado la existencia de dichas bromas, ps me agaché para recogerlo. Y entonces se movió, ¡plim! Claro, tenía un hilito:



Unos puesteros que vendían collarcitos globalichairos (o sea: idénticos a los que venden los chairos chafas de todo el mundo) prorrumpieron en risas mala-onda. Yo me puse color billete y ni siquiera hallé algo ingenioso que decir, simplemente salí corriendo hacia el metro pensando: tonta tonta tonta. Por ps en un lugar tan transitado era EVIDENTE que un billete extraviado no duraría más de cinco segundos sin encontrar un nuevo hogar.

Desde ese día evité ese pasillo de puestecitos (lo que significó despedirme de las mejores jícamas con chile por el resto de mi vida estudiantil, sniff).

¿Ustedes han caído? O peor tantito, ¿han APLICADO la del billetito vacilador? Se pasaaaan.

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miércoles, diciembre 10, 2008

Post desde un espectáculo de danza con payasitos


La foto no tiene nada que ver, pero traigo mi antiguo teléfono -el iPhone está malito- y no sé postear sin imagen. Además está cotorro el Colegio Primitivo; la tomé en Morelia.

Y bueno, los payasitos. Yo me pregunto: ¿POR QUÉ? Estamos en 2008 y nos siguen torturando con el payasito de buen corazón que se enfrenta a las Fuerzas-Oscuras-Payasito. No hay diálogos pero es que el payasito es un lenguaje universal, pero por si las dudas balbucean 'tu ti ti tu'. Y lo más pior es que las señoras se ríen como si nunca hubieran visto a un cretino con talco en la cara haciendo como si se cayera de narices juju qué chistoso brbrbr. Y lo PIOR es que son payasitos culturosos. Pa matarlos.


Sí, estoy pior que los anónimos malos, si tanto odio a los payasitos ¿qué hago aquí? Ps llegué por accidente, nadie me dijo y tengo hambre y ya me quiero ir a la posada del CUEC.

Post desde la Doctores


Trivia: ¿Cuál es el giro de este establecimiento?

lunes, diciembre 08, 2008

Mentiras

El otro día me subí al taxi de un señor bigotón y alegre, de esos con los que da gusto guardar el libro para ponerse a platicar. Estábamos hablando de noséqué cuando pasó un carro con esos cuernos de reno como de peluchito.

Taxista: Ay señorita, qué cree. Mi esposa el otro día me dice: te compré unos cuernos de reno para el taxi. Y a mí que me chocan esas cosas, pero no tuve de otra más que ponérselos, cómo le iba a decir que no.

Yo: Pero ahorita que me subí no los vi.

Taxista: No, los traigo en la cajuela, cómo cree que voy a andar con esas cosas tan ridículas por la ciudad. Lo malo es que cada vez que voy a llegar a su casa de usted...

Yo: Grzzzssss.

Taxista: ...pues tengo que detenerme dos cuadras antes y bajarme a ponérselos. Si no, mi esposa me regaña horrible.

Me imaginé al pobrecito taxista bajo la nieve acomodando los cuernos malhechos y llegando nervioso a casa, rehuyendo la mirada de todos, con miedo de que alguno de los hijos o la mujer lo hayan cachado en plena fechoría, y de que se arme el drama familiar y de que vuelen los platos y de que lo manden a dormir a casa del compadre –sin cenar y en microbús.

¿Y luego cómo quieren "los que mandan" en una relación que no les digan mentiras piadosas?

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sábado, diciembre 06, 2008

Post desde Morelia


Jiji, me gustan los congales de acá.

Freud, sal de mi vida


Ya estuvo güey, ya estás pasado de moda, ya no riges el destino de nadie, eres taaan Siglo XX. ¿Por qué te apareces en sábado en la mañana, cuando ni siquiera he desayunado? Me va a dar gastritis, me van a salir arrugas, y todo será tu culpa, ash, y sólo eres un personaje con figura de acción como Santoclós o Aquaman o Yísus o Jack de Lost.

miércoles, diciembre 03, 2008

¡Ya está a la venta!


dF a la mano ya está a la venta y yo soy feliz. Se me cuecen las habas (jiji) por tenerlo, al ratito voy por mi ejemplar.

Si quieren comprarlo YA y a precio más bara-bara, vayan a Amatlán 33, entre Juan Escutia y Fernando Montes de Oca (y de paso conocerán ese maravilloso lugar donde tuve mi primer empleo y entonces van a comprender por qué no he vuelto a ser tan feliz laboralmente), o llamen al 52114000 ext. 495. Más adelante estará en todos lados (Gandhi, Sanborns, etc.) un poco más caro. No lo piensen dos veces: es el regalo de navidad perfecto.

(Ay, soy TAN publicista.)

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martes, diciembre 02, 2008

¡No Plaqueta, por favor no lo hagas! ¡No publiques otro post sobre tus traumas infantiles!

Y que sí lo publico y que sí. Se titula: Mi primer empleo.

Y dice:

Mi figura paterna trabajaba en el mundo de la moda, entonces soñaba con que yo fuera una muñequita per-fec-ta: delgada/fuerte, piel de porcelana, pelo sedoso-brillante, finura y modales al hablar y comportarme, atuendos acordes a mi edad y al evento, uñas limpias, desenvoltura y personalidad extrovertida, etc. Niña modelo.

No se le hizo. En mi infancia fluctué entre lo flacucha-como-perro-malnutrido y el pinche sobrepeso que hasta la fecha me jode, siempre fui demasiado pálida –a veces tirándole a lo verdoso–, el pelo lo tenía estropajiento porque aún no inventaban las cremas para peinar ni los champús hidratantes, iba yo en primaria de tabicón peludo y hablaba como mis compañeritos, las uñas las traía siempre llenas de plastilina y mugre y pintura, era tímida como marisco y no tenía idea de con qué tenedor se comía el carpaccio y con cuál el postre. Era una niña, iiiuuuugh, normal.

Aun así, necedades, me metió a modelar. Brbrbrbrbr.

Era espantoso. Los niños ojiazules me preguntaban "¿y en qué colegio vas?", y cuando les respondía "en la escuela Andrés Bello, es pública", ponían cara de haber visto un zombie. A los chútings ellos llegaban en las camionetas de sus mamás-camioneta, y yo en microbús acompañada de mi abuelito, que a todos lados llevaba un costal blanco y mugroso con el que los niños ricos creían que los iba a raptar (ante sus ojos era el Viejito del Costal). Cuando me pegaron los piojos en mi primaria de tabicón fue el acabose: el peinador jamás había visto algo así y salió corriendo despavorido.

En una sesión que duró toda la tarde, los niños-perfectos me apodaron Coralia (¿se acuerdan del personaje de Anabel Ferreira?) por mi léxico y mi tonito pedroinfantesco. A mi figura paterna se le caía la cara de vergüenza. Me regañó terriblemente sin detenerse a pensar que yo, estudiando en una escuela-chocita, no tenía absolutamente ninguna otra referencia a la hora de hablar. Por lo visto, su sueño era que yo parloteara con-la-papa-en-la-boca y que en vez de Coralia me apodaran La Pirrurris.

Justo cuando empecé a tener conciencia de que modelar no era tan terrible, de que podía hacer de tripas corazón y olvidarme del complejo de clase con tal de ganar dinero de una forma así de estúpida y sencilla, llegó la pubertad y engordé y me quedé chaparra y todo valió madres. Con el dinero de mi última-última-última chambita del estilo (un comercial de tele para la revista que nunca salió al aire –supongo que me veía ya muy gorda o muy fea o muy bleeeergh–, para el que por cierto tuve que ir a Editorial Televisa y entonces vi cómo se trabajaba y dije: de grande QUIERO chambear en un lugar así) me compré una bicicleta estacionaria que, como todos los aparatos de ejercicios que se tienen en casa, terminó como mueble para acomodar ropa y yo nunca fui flaca y me quedé con brazos de molinera holandesa foreverandever.

Tan tan.

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En lo que hago un post...

...chequen este artículo de Skeptic que explica paso a paso por qué la acupuntura es una mamada. Clic aquí. Para la versión en español chequen La media hostia, clic aquí.


Bonus anécdota de charlatanería:

El principio de la homeopatía es el efecto placebo. Bueno, pues el anterior dueño de Vodka y Martini les daba a sus gatos antiparasitantes homeopáticos, ¡¡TOING!! Obviamente vinieron con bichos, ¡ps sí!

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